Nuestra segunda jornada se traslado desde el Ebro hasta el cercano río Alhama a su paso por el casco urbano de Alfaro. Varios vecinos nos habían solicitado que limpiáramos esa zona en concreto y después de visitarla comprobamos que, en efecto, necesitaba un buen repaso.
Esta vez el acceso era dificultoso, y la mayor parte del trabajo tuvo que hacerse desde el propio cauce (que esa mañana, por cierto, bajaba con bastante caudal). Pero no hay nada que unas buenas botas de agua y sobre todo una voluntad a prueba de bombas no pueda solucionar.
Así que la quincena de voluntarios Alfareños que nos acompañaron esa mañana de domingo nos dejaron realmente sorprendidos con su capacidad de trabajo y su ganas de colaborar. ¡Esto sí que son amigos de los ríos! ¡Parecían auténticos profesionales en este tipo de tareas (pero con más ganas si cabe)!
El resultado lo podéis ver en las imágenes: tres furgonetas completas cargadas hasta los topes de todo tipo de residuos.
Y además, con un ambiente inmejorable y una permanente sonrisa en la boca, que finalizó con una agradable comida campestre a la sombra de los chopos.
¡Una experiencia genial! ¡Gracias por vuestra colaboración!
