Esta jornada fue diferente a todas las demás porque contamos con el apoyo de unos cuantos piragüistas voluntarios -pertenecientes al Club Mansilla de Logroño- lo que nos permitió limpiar el río “desde dentro” y acceder a residuos inalcanzables desde las orillas.
Los piragüistas, expertos en la labor (ya la han realizado por cuenta propia en otras ocasiones y también en otros lugares) se lanzarón con ganas al cauce, apoyados por dos equipos de voluntarios y coordinadores desde ambas orillas.
Algunos tramos estaban realmente sucios, no sólo debido a las últimas crecidas, sino también a pescadores y paseantes desaprensivos.
El trabajo fue más lento que otras veces, porque las piraguas no pueden cargar más de una o dos bolsas cada vez, pero mereció la pena, porque pudimos extraer residuos que llevaban mucho tiempo “escondidos” esperándo ser recogidos.
Nuestros amigos piragüistas no sólo se introdujeron casi hasta desaparecer entre la vegetación de las orillas buscando residuos ocultos, sino que “desembarcaron” en las islas existentes, pudiendo limpiar lugares a los que es imposible acceder de otra forma.
Teníais que verlos sacar algunos residuos voluminosos atándolos con cuerdas a sus piraguas y arrastrándolos después por el cauce hasta un punto accesible de la orilla. ¡Menudo esfuerzo!… Por no hablar de aquellos puntos en los que la corriente hacía muy difícil el pararse para recoger los residuos enganchados. ¡Son unos valientes!
Al final sacamos, como ya es habitual, una cantidad enorme de residuos (más de sesenta bolsas y muchos voluminosos), algunos de ellos francamente increibles, como un carrito de la compra, dos alfombras de gran tamaño, un enorme cochecito infantil eléctrico y ¡un sofá!.
En definitiva, una jornada muy especial que pudieron ver de cerca multitud de logroñeses en su camino al mercadillo o a las piscinas en esta mañana de verano. ¡A ver si se animan para la próxima, que necesitamos voluntarios “Amigos de los Ríos” y los recibiremos con los brazos abiertos!